El invierno de 1947 se recuerda como una época de intensa deliberación técnica, política e intelectual. Ella que trajo consigo la generación y consolidación del más importante proyecto tecnológico que conociera la Región del Bio-Bío la Planta de la Compañía Siderúrgica Huachipato.
Conocido como uno de los grandes movimientos industriales de la zona y del país, atrajo a hombres de todos los rincones quienes llegaron a San Vicente por la fuente laboral que ofrecía la naciente empresa del acero.
A través de CORFO, el país daba el gran impulso al desarrollo industrial. Hombres provenientes de la urbe y del campo comenzaron a asumir una filosofía nueva de trabajo y, con ello, a templarse el espíritu de los hombres de acero. Así, creció Talcahuano y la Región del Bío Bío.
El ser humano como ser social necesita relacionarse, y por ello busca instancias que le permitan un mayor crecimiento personal. El deporte indudablemente ha sido siempre el espacio que contribuye a un mejor modo de vida, propicia la sana convivencia y tiene esa grandeza de aunar voluntades y hacer más fraterna la relación humana.
Es indudable que estos hechos marcan los primeros esbozos de lo que llegaría a ser, una de las más grandes y prestigiosas instituciones deportivas del país: El Club Deportivo Huachipato, cuya vida estructurada y legal data de 1954, y en reconocimiento a los grandes precursores de la época, se establece como fecha de fundación el 7 de junio de 1947.
Hoy esta institución deportiva, alberga a más de 40 organizaciones internas entre asociaciones ( 2 ), ramas deportivas ( 15), clubes seccionales (19) , agrupaciones (3 ) y círculos (2) a cargo de más de 200 dirigentes, y más de 60 trabajadores altamente calificados y capacitados en el área; para brindar atención y servicios a más de 6 mil socios.
Con en el espíritu, idealismo y metódica que siempre nos ha caracterizado, no buscamos realizar hazañas efímeras, sino más bien una acción serena, tendiente a ofrecer cada día mayores y mejores instancias. Todo ello para el cuerpo y el espíritu de quienes forman la maravillosa comunidad deportiva Huachipatense.
Este es nuestro más preciado patrimonio: el humano. Es el socio, el trabajador del acero y su familia. A ellos nos debemos desde hace más de medio siglo.