Hace un año, el Alto Horno de la Siderúrgica fue apagado, marcando el fin de una era en la producción de acero en nuestra zona. Un hecho que no solo significó el cierre de un ciclo industrial, sino también un momento de profunda reflexión para todos quienes de una u otra forma hemos sido parte de la gran familia acerera.
El Club Deportivo Huachipato, nacido y forjado en los mismos valores de esfuerzo, disciplina y compañerismo que dieron vida al acero, mantiene hoy más vigente que nunca ese legado. Si bien el fuego del Alto Horno se apagó, la fuerza del espíritu siderúrgico continúa encendida en cada rama deportiva, en cada socio y en cada familia que forma parte del club.
La historia de Huachipato no solo se mide en toneladas de acero, sino también en la huella humana y social que dejó en nuestra comunidad. Desde sus inicios, el deporte fue un reflejo de esa identidad; trabajo en equipo, perseverancia y orgullo por lo que somos.
Hoy, a un año de lo acontecido, el CDH reafirma su compromiso con esos valores que nos forjaron. Porque aunque el horno ya no arda, su esencia sigue viva, fuerte y unida en cada logro deportivo, en cada encuentro y en cada gesto de quienes mantienen el espíritu del acero más presente que nunca.
